En época precolombina, las festividades religiosas comprometían una buena parte del tiempo, bienes y esfuerzos de los indigenas. El calendario azteca señalaba numerosos días dedicados total o parcialmente a rendir culto a los dioses con sacrificios y otras ceremonias rituales, sin contar los intercalares o nefastos durante los cuales "todas las actividades se reducían al mínimo. Otro tanto ocurría en el Perú, donde un estudioso calcula en ciento cincuenta y ocho los días ocupados en las fiestas.
Rospide, M. M. (1986). Trabajos indígenas y días festivos. Revista Chilena De Historia Del Derecho, (12), Pág. 197–221. https://doi.org/10.5354/rchd.v0i12.24954